«Me rompo la cabeza, y lo más molesto es que no sé por qué me rompo la cabeza», dice Lacan a la audiencia de su Seminario al abrir la sesión del 10 de mayo de 1977 (1). Reglón seguido nos recuerda que un tal Kurt Gödel (2) demostró que hay lo indecible (3); y lo ha hecho en el más mental de los terrenos, en el terreno de la aritmética, es decir, en ese terreno que trata sobre lo que se cuenta. Señalo aquí, y hago hincapié, que lo indecible, ha sido demostrado por medio de la escritura, en lo que se lee de esa escritura. No obstante, queda en pié la pregunta: ¿cómo es posible decir lo indecible?
Continúa Lacan: «El inconsciente ha sido identificado por Freud, no se sabe por qué, a lo mental. Es por lo menos lo que resulta del hecho de que lo mental es tejido de palabras, entre las cuales hay equivocaciones siempre posibles».
El término «equivocación» está contenido en la primer parte del nombre mismo del Seminario de ese año, que siguiendo una traducción aceptada (4) es: «Lo no sabido que sabe de una equivocación», o bien, «que sabe del Inconsciente», si seguimos a Lacan en la traducción que hace del término alemán «Unbewusst» (Inconsciente), por «La una-equivocación» (l’une-bevue); lo que quiere decir para Lacan, un escollo, un tropiezo, una patinada de palabra a palabra; es decir, un equívoco, un salto de sentido, que tiene la fuerza o esencia poética de lo inesperado, en lo cual el Sujeto se ve sorprendido.
¿Y sobre qué cosa se rompe la cabeza Lacan en 1977? Responde: «Me rompo la cabeza, y pienso que al fin de cuentas, el psicoanálisis, es lo que hace verdadero. ¿Pero cómo hay que entenderlo?». Pues bien, nos dice: «es un golpe de sentido». Un sens-blant, término que Lacan inventa y que es una condensación de los términos Sens, sentido; y Semblant, semblante, apariencia.
Lacan se rompe la cabeza, como dice, retomando un interrogante que no cesa de poner en cuestión el sentido de la experiencia psicoanalítica. Retoma esa pregunta en voz alta: «Todavía estoy para interrogar al psicoanálisis sobre la manera en que funciona. ¿Cómo es posible que constituya una práctica que incluso es algunas veces eficaz?» Pues bien, que una praxis opere y que incluso sea eficaz, podría hacernos suponer, calcular, que son conocidos todos los resortes de aquello que anima a eso que llamamos Hombre; y a este respecto, el Psicoanálisis ha descubierto que el Hombre tiene una estructura, -recordemos la formulación lacaniana: el Inconsciente está estructurado como un lenguaje-; y además, como lo puso de manifiesto Freud, el Hombre se inclina hacia el placer; lo que quiere decir padecer, sufrir lo menos posible. Y lo posible, ha sido nombrado por Lacan, como «lo que cesa de escribirse»; por lo que podríamos enunciarlo diciendo que el hombre se inclina hacia «lo que cesa lo menos de escribirse». «Y en efecto, eso no cesa un instante»(5).
Hay lo indecible; que Freud articuló al complejo de castración, y Lacan a lo imposible, a lo Real como imposible; no obstante el psicoanálisis es una praxis interesada en la experiencia del sujeto con lo Real, cuya eficacia se postula en la dimensión poética que el hombre sostiene con ese hecho estético que es el lenguaje; única vía por la cual la palabra se articula con lo que cesa lo menos de escribirse; tal como lo señalara Lacan: «es por el hecho de que una interpretación justa extingue un síntoma, que la verdad se especifica como poética» (6).
No obstante el Hombre es impotente para justificar aquello que lo determina como tal; tanto como que sea por eso que lo determina, que pasan todos los efectos de sentido. «La astucia del hombre es atiborrar todo eso con la poesía, que es efecto de sentido, pero también efecto de agujero. No hay más que la poesía, se los he dicho, que permita la interpretación. Es por eso –confiesa Lacan-, que yo no llego más, en mi técnica, a lo que ella sostiene. Yo no soy bastante poeta» (7).
¿Y qué es lo que podríamos entender por aquello que la técnica lacaniana sostiene? ¿Qué quiere decir que un analista proponga los límites de su técnica en términos de no ser lo bastante poeta? ¿En qué se sostendría la eficacia del psicoanálisis lacaniano?
Claudio Barbará
Lunes 12 de mayo de 2008
LEER EL ARTÍCULO COMPLETO ...
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
NOTAS:
(1) Lacan, J., Lo imposible de aprender, Seminario Libro 24, L’insu que sait de l’une-bevue s’aile ‘a mourre. Inédito. Texto traducido por la Escuela Freudiana de Buenos Aires.
(2) Gödel, Kurt (1906-1978) Matemático y lógico americano, nacido en Brünn, ciudad cercana a Viena (Brno, de la actual República Checa). Entre sus aportaciones a la lógica matemática destaca, como la más conocida, el teorema que lleva su nombre, llamado también teorema de la incompletud, que afirma la existencia de proposiciones indecidibles en un sistema formal de la aritmética.
(3) Teorema de la incompletud: Primero de los teoremas de Kurt Gödel, que afirma que todo sistema de axiomas que sea consistente y capaz de incluir la teoría formal de la aritmética es necesariamente incompleto; dicho sistema de axiomas contiene algún teorema que, a pesar de ser verdadero, no puede deducirse del sistema. El segundo teorema de Gödel es complementario del primero y establece que no es posible probar la consistencia de un sistema formal de la aritmética con los solos medios que dicho sistema proporciona; no siendo la consistencia un teorema del sistema, ha de probarse desde fuera del sistema.
(4) Traducción de Susana Sherar y Ricardo E. Rodríguez Ponte, del texto establecido por J-A Miller publicado en Ornicar? 12/13, 14, 15, 16, 17/18.
(5) Ibid.
(6) Lacan, J., Un Significante nuevo, Seminario Libro 24, L’insu que sait de l’une-bevue s’aile ‘a mourre. Inédito. Texto traducido por la Escuela Freudiana de Buenos Aires.
(7) Ibid.